Hace aproximadamente un año,  un cachalote de 4.500 kilos y 10  metros de largo, fue hallado muerto en una playa de Granada, España.  Frente al hallazgo, acudió un equipo de científicos a tomar muestras biológicas para determinar la causa de la muerte, pero grande fue su sorpresa cuando abrieron el estomago del animal, y encontraron 59 pedazos de plástico provenientes de los invernaderos locales, que totalizaron 18 kilos.

La causa de la muerte del gigante marino fue que  esos plásticos le habían reventado uno de los estómagos. Cuando abrieron el cachalote pensaron que el cuerpo había sido contaminado adrede una vez que quedó varado en la playa, pero al poco se dieron cuenta que efectivamente se había comido grandes trozos de plástico y cuerdas, además de dos macetas y un spray, entre otras basuras.

Los expertos reconocieron que lo hallado en la panza del cachalote es el típico plástico de los  invernaderos que se encuentran a todo lo largo de la costa, desde Murcia hasta Málaga.

Uno de estos plásticos había obstruido uno de los tres estómagos que poseen estos animales. “El estómago había explotado y el contenido gástrico estaba por la cavidad abdominal” El animal presentaba signos de desnutrición y no había restos de alimento reciente. “El intestino estaba vacío. 

La causa de la muerte fue presumiblemente una ruptura gástrica por los restos, lo que se unió a un problema previo de desnutrición”, fue el veredicto de estos CSI de animales.

Detallan que en el interior del cetáceo se encontraron 26 piezas que sumaban  8,1 kilos y 29,9 metros cuadrados del plástico transparente típico de los invernaderos; cuatro restos de bolsas negras para cultivos (que pesaban 0,44 kilos); nueve metros de las cuerdas usadas para fijar invernaderos, y dos mangueras que medían 4,5 metros.

El cachalote está catalogado como vulnerable en España y en el Mediterráneo. Se estima que hay menos de 1.000 ejemplares.